El sueño es fundamental para garantizar la correcta salud de los perros.
El lugar donde un perro prefiere descansar varía mucho según el individuo y su forma de vida. Normalmente, y cuando el propietario está en casa, el perro prefiere descansar junto a él. Para ello es recomendable que disponga de un cojín específico para este fin. Esto es debido primordialmente a que el perro es un animal social, de manada, y lo que menos le agrada es estar solo.
Si el dueño no se encuentra en casa, suelen tener algún sitio favorito donde relajarse: ése debe ser el lugar de emplazamiento del cojín. Esto también depende mucho del clima, de la raza y de la estación del año. Si el animal necesita estar fresco, buscará el lugar de la casa donde exista una pequeña corriente de aire o donde pueda estar pegado al suelo o algún objeto pueda proporcionarle esta sensación. Actualmente en el mercado existen cojines con características termorreguladoras. Algunos perros tienen como lugar preferido el cuarto de baño, por ser una zona fresca y silenciosa. En este caso es recomendable proporcionar un cojín con características antibacterianas y tejidos que permitan la descarga electrostática.
Si no tiene calor y es un animal al que no le hemos destinado un sitio para dormir, lo hará probablemente en la cama del propietario o en el sofá.
Si el perro prefiere dormir en alto puede ser porque quiere dominar el horizonte y estar más preparado para reaccionar en cualquier situación, porque es más dominante o simplemente porque está más cómodo. Los perros ancianos tienden a buscar estos lugares porque sus articulaciones sufren menos y están más cómodos, para lo cual se prescriben cojines con rellenos viscoelásticos que previenen y tratan las patologías traumatológicas.
Si estamos hablando de perros que viven fuera de la casa, en un jardín o parcela, podemos encontrarnos que, en vez de permanecer dentro de la caseta, prefieren hacerlo encima de su tejado, para divisar mejor el horizonte y los posibles “peligros” que puedan acechar: cuestión de supervivencia.
Contrariamente a lo que la gente piensa, los perros suelen adoptar para dormir una postura de tumbado y acurrucado. Por supuesto, esta forma de descansar se lleva a cabo más en estaciones o climas fríos, y también depende de la raza, ya que algunos animales poseen unas capas de subpelo que les protegen más y no necesitan generar más calor. Todos hemos visto en películas o en documentales cómo los perros nórdicos se enroscan sobre sí mismos encima de la nieve, e incluso en las ventiscas dejan que la nieve forme una capa dura en su espalda para que el frío no les golpee directamente en la piel. Sería más o menos a modo de un iglú.
Estas observaciones se pueden constatar en la naturaleza o en el jardín, donde los perros suelen cavar en la tierra un agujero en forma de media luna para acoplarse luego, dando unas vueltas sobre sí mismos, a la forma de esta abertura. Actualmente existen en el mercado cojines con formas de “donut” con rellenos móviles para que el perro desplace el material interior y lo adapte a su necesidad ergonómica.
En ocasiones podemos observar también que colocan la cabeza por encima de la elevación del terreno excavado, a modo de almohada, aunque en opinión de otros autores y en la mía propia, sigue siendo cuestión de supervivencia, debido a que de esta manera los sentidos están más expuestos y el animal puede estar más alerta. De hecho, estas conductas las podemos observar a veces sin que exista un sustrato debajo que el animal pueda moldear, por ejemplo, el suelo.
Otras veces observamos que dejan sus extremidades anteriores colgando sobre un escalón. Y con esto volvemos al mismo tema: es cuestión de dominar lo que tienen por debajo y estar menos incómodos al no tener que colocar sus antebrazos rectos.
La importancia del descanso
Un perro normal pasa un 44-48 % de su tiempo despierto, un 19-21 % en situación de somnolencia, un 22-23 % en sueño de onda lenta y un 10-12 % en fase REM. Es decir, 50 % vigilia y 50 % sueño, sea éste más o menos profundo. Por supuesto, esto depende de la vida que lleven dueño y perro. Hay algunos que no tienen más remedio que dormir o destrozar, debido al ajetreo diario de sus propietarios. En el mercado existen productos de descanso con tejidos resistentes a los mordiscos, si bien en estos casos de mordida excesiva se debe acudir a un profesional del comportamiento canino.
Los humanos se despiertan más fácilmente del sueño REM que del sueño de onda lenta, y se piensa que en perros ocurre de la misma manera.
Lo que está muy claro es que, para evitar riesgos innecesarios, no se debe despertar bruscamente al perro, ya que puede tener una reacción agresiva. Asimismo, la privación crónica de sueño puede desembocar en estrés y enfermedad grave, al igual que ocurre en humanos. De hecho el sueño está destinado a reordenar los sucesos del día y al procesamiento de datos y consolidación de la memoria. De ahí la importancia de un descanso correcto.
En resumen, desde la etapa de cachorro hasta su madurez se debe proporcionar al perro un producto de descanso saludable y cómodo, sobre el que pueda descansar correctamente. Los cachorros, en los primeros días de su vida (etapa neonatal), duermen formando una pequeña montañita para mantener el calor de su cuerpo, dado que a esta edad aún no tienen capacidad para termorregularse. Una vez que comienzan a tenerla, en la etapa de transición (tercera semana de vida), tienden a cambiar esta posición por otra en paralelo. Se recomienda proporcionarles un cojín con características termorreguladoras y rellenos móviles.
Todos los animales con problemas articulares, geriáticos y con poco pelo deberían dormir en productos fabricados con tejidos especiales que proporcionen características termorreguladoras, así como rellenos viscoelásticos que les permitan permanecer frescos en verano y calientes en invierno.
Actualmente el mercado dispone de productos con todas estas características: hipoalérgicas, antibacterianas, antiácaros, termorreguladoras, antimanchas, rellenos viscoelásticos, etc., que mejorarán el bienestar y la calidad de vida del perro al mismo tiempo que la convivencia con su dueño.